Porque la quise, sí,
porque la quise,
porque no sé qué cielos
toqué con ella,
ni que infierno tan dulce
inmerecido
dejó que conociera,
ya me asesino,
porque la quise, sí,
como un castigo
ya me llevo los sueños
y los suspiros
ya me arranco la pena,
ya me la quito,
que se la lleve el viento
con un quejío,
porque la quise, sí,
porque la quise
con los cincos sentidos
mi asesinada sombra
huye del frío.
Muy bueno, Javier!