(Sobre el título de un poema de Jaime Gil de Biedma)
Si alguna vez pudiera recordarnos
sin tener que mirar fotografías
la luz de la medina en donde nos perdimos
por segunda vez, por segunda vez
bajo el cántico oculto del almuédano
y la luna surgiendo entre nosotros
como testigo fiel
o compañera última de tanta intimidad,
si alguna vez entonces
una ciudad distinta me rodea
con sus brazos de mar
y triste y silenciosa me confiesa
de qué manera, amor, de qué manera
te dan por fallecida palabras que no llegan,
palabras que no llegan y en Casá
esta postal y un cielo con tu nombre.
