El temor a coger el virús de la gripe A irá aumentando a medida que el verano acabe y ofrezca ya el otoño sus primeros fríos. Por ahora parece que seguimos sumergidos entre las olas del mar y las noticias sobre la mayor o menor gravedad de esta gripe, entre la vuelta a casa y los grupos de riesgos, entre los números de la malherida economía familiar tras las vacaciones y el número de gente a la que es necesario vacunar. No hay todavía una excesiva preocupación sobre quiénes tendrán preferencia a la hora de recibir el Tamiflu, pero existe una creciente demanda por parte de colectivos sociales para ser incluidos entre los grupos que deberían ponerse la vacuna. Asociaciones de alumnos y profesores, militares (ya están encapsulando el oseltamivir, el principio activo de ‘Tamiflu’ en el Centro Militar de Farmacia de la Defensa, en Burgos.), taxistas o conductores de autobuses se preparan para la creación de protocolos de actuación ante la gripe A. El próximo lunes, el Consejo Interterritorial de Salud se pronunciará sobre las fechas de vacunación y sobre los grupos de población a los que se vacunará frente al H1N1. Habrá polémica segura. Y no sólo por todos los colectivos excluidos que argumentarán razones suficientes para ser vacunados. ¿Qué pasará con los grupos que hayan sido elegidos por las autoridades sanitarias para recibir la vacuna?¿será obligatorio dejarse pinchar si tienes algún trabajo que ha sido catalogado como potencialmente de riesgo?¿cómo mirará el resto de personal del centro a un compañero de secundaria que decide no vacunarse?¿y que pensarán los usuarios de la línea circular de autobuses de la ciudad si saben que el conductor es uno de los que no ha querido que se experimente con él una sustancia de la que todavía no podemos conocer sus efectos secundarios?¿darán los alumnos plantón al profesor que no quiere vacunarse por razones éticas, filosóficas o religiosas?¿podrá una empresa despedir a un trabajador que se niega a recibir la vacuna?¿y en tu propia familia?¿qué dirían tu mujer y tus hijos?¿se irían a casa de la suegra?
Desde luego, lo que sí resulta al menos curioso es que más del 50% de uno de los colectivos que se supone puede tener mayor riego, el de los profesionales sanitarios del Sistema Nacional de Salud, no vea necesario ser inmunizados en el momento en que la vacuna esté disponible. Uno no sabe ya lo que pensar, pero conoce al menos a tres personas que han pillado la del cerdo. Cuando llegue el momento, habrá que ver si tenemos derecho al Tamiflu, o no. Y habrá que decidir. Por ahora, a seguir esperando.
Mientras tanto os dejo este vídeo-montaje sobre la pandemia